sábado, 25 de abril de 2009

Oracion del sanador herido


Oración del «sanador herido» por José María Rubio

Señor Jesús:
Tú me escogiste para anunciar a los enfermos la sanación y me enviaste
a proclamar la liberación del sufrimiento a los que viven cautivos del dolor, a dar la vista a los que no consiguen verte en el mundo de la salud y la libertad a los oprimidos
por una medicina deshumanizada,
y a proclamar con mi trabajo
un tiempo de Gracia del Señor

Yo sé que Tú eres la Salud
y que en tu propia carne he sido curado.
Porque te hiciste
Enfermo para curar mi enfermedad,
Oprimido para conseguir mi liberación,
Pobre para remediar mi necesidad,
Olvidado para acompañar mi soledad,
Paciente para aliviar mi sufrimiento,
Caña quebrada para sostener mi debilidad,
Silencio para que yo pueda oír,
Ciego para que yo pueda ver,
Muerte para alcanzar mi curación.

Haz también de mí, Señor,
un instrumento de tu Salud
en medio de mis hermanos.

Que mi enfermedad
no me impida ver su enfermedad,
que mi cansancio no sea nunca
una excusa al lado de su cansancio,
que mi debilidad no me paralice
cuando llegue su debilidad,
que mi desilusión no quebrante su esperanza,
que mi desaliento no destruya su ilusión.

Que a pesar de mi ceguera, él alcance a ver
y aunque mis oídos no entiendan todas sus palabras
a pesar de mis ruidos y mi silencio,
él consiga oír.
Que muriendo un poco cada día a su lado, con mi propia vida aliente su curación.

Haz, Señor, que mi miseria no sea nunca un obstáculo para tu misericordia.

Porque tú también estabas enfermo y nos curaste,
Estabas cansado y nos levantaste,
Estabas derrotado y ganaste nuestra Salvación,
Estabas clavado y conquistaste nuestra libertad,
Estabas triste y nos llenaste de alegría,
Sufriendo nuestra violencia
nos rescataste de la violencia,
Expirando nos alcanzaste la esperanza,
Muriendo conseguiste nuestra Paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario